domingo, 10 de mayo de 2015

TEATRO BOLÍVAR




A inicios de la década de 1930 el Ecuador intenta recuperarse de la aguda crisis económica y política por la que había atravesado años antes. Aunque las exportaciones de cacao continúan deprimidas, sobre todo en cuanto a sus precios, el incremento de las inversiones extranjeras y la presencia del ferrocarril desde el puerto de Guayaquil influyen en el ambiente quiteño otorgándole a la ciudad aires de modernidad, con nuevos movimientos culturales y artísticos.
Los señores Carlos y César Mantilla propietarios del diario El Comercio, importante medio de Comunicación de la ciudad, deciden construir una gran sala de cine para contribuir al desarrollo cultural de la urbe. Contratan entonces a la firma Hoflman & Henon, célebres arquitectos e ingenieros norteamericanos, diseñadores y



constructores de grandes teatros en Filadelfia, Pittsburg, Baltimore, Washington y Atlanta. El proyecto para el teatro Bolívar fue expuesto en 1931 y se encargó su ejecución al arquitecto alemán residente en Quito, Augusto Ridder. El edificio, con una capacidad para 2,500 espectadores, se inauguró en 1933.

Se destaca el hall principal como espacio de transición entre la calle Espejo, posteriormente Peatonalizada, que hace de distribuidor funcional. A partir de éste se ubican los accesos a los locales comerciales laterales, al foyer del teatro y a las escaleras hacia el salón y restaurante Ubicados en la planta alta. Este gran hall se relaciona espacial y visualmente con los espacios de la planta alta gracias al conjunto de pilares de sección cuadrada que forman una el ipse de doble altura. La parte delantera del teatro se conforma en dos plantas: platea y galería, a las que se accede desde el foyer. Junto al escenario se ubican las baterías sanitarias, camerinos y bodegas. La volumetría del edilicio, un elemento horizontal compensado por un cuerpo vertical, es claramente de influencia art decó con detalles art nouveau. El interior del hall principal y los salones superiores tienen decoraciones de tendencia barroca; la amplia sala de cine es ricamente ornamentada, presentando dos espacios laterales de palcos. El edificio se levanta con una estructura de muros portantes de ladrillo. Los entrepisos y cubiertas se sustentan con rieles de hierro que ayudan a salvar las grandes luces que exigen estos espacios. Tanto en la fachada como en el interior, las ventanas y puertas de madera y vidrio muestran también decoración art nouveau y art decó. Los pisos, las escaleras y ciertos elementos decorativos son de madera de excelente factura, destacándose también el piso de mosaico del hall principal.
La calle Espejo adquiere una importante dinámica con la presencia del edificio, no solo en el ámbito formal sino como punto de atracción y concentración en este eje peatonal. Por más de siete décadas el edificio fue escenario de significativos eventos culturales y sociales, presentándose allí artistas y obras de fama mundial. Lamentablemente en 1999 un gran incendio devastó el edificio casi en su totalidad, desapareciendo con él una inmensa tradición cultural quiteña exactamente esto sucedió un domingo 8 de agosto de 1.999 y se produjo por una fuga de gas del local comercial de la planta baja del mismo edificio, ocupado por la multinacional Pizza Hut; el incendio consumió el 70% de todas las instalaciones. 
A pesar de los daños, se siguieron organizando eventos artísticos "sobre las ruinas" para recaudar fondos y recuperar este teatro legendario de la ciudad.
Su estilo arquitectónico Neoclásico armoniza el Centro Histórico de Quito. Sus líneas, de corte neoclásico, con algunos elementos arabescos, encantan a los quiteños desde los primeros pases de su construcción, ya que antiguamente la gente lo convirtió en un referente social, cultural y arquitectónico. Fue así como eventos de varios estilos y gran calidad visitaron el Bolívar: óperas, zarzuelas, ballet, conciertos sinfónicos, obras de teatro, variedades y otros.
Con el avance de los medios masivos de comunicación, especialmente en los años 80, el Teatro Bolívar dejó de ser visitado masivamente.
El teatro Bolívar es uno de los escenarios más importantes de Sudamérica por tal motivo se dan los exhaustivos procesos de recuperación por parte de los miembros de la Fundación Teatro Bolívar y el público del Bolívar.
Para dicha recuperación el Fondo de Salvamento del Patrimonio Cultural y La Fundación Teatro Bolívar, en el 2010 invirtieron por $200.000.


Actualmente se ofrecen visitas guiadas por el teatro para descubrir su historia. El recorrido inicia en el hall principal del teatro en donde se puede evidenciar la magnitud del incendio, luego se ingresa a un segundo hall, el cual cumple con el objetivo principal de aislar al lugar en donde se realizan los diferentes eventos del ruido exterior, por este hall se tiene acceso a la planta baja del teatro, a la otrora luneta, a las salidas de escape y a los balcones. El museo está constituido por la lectura de sus espacios arquitectónicos, hall, salas, escenario, camerinos, escaleras, puertas, etc; y por una sala donde se exponen objetos utilizados en el Teatro Bolívar en sus inicios (proyectores, generadores eléctricos para los proyectores, cintas de celuloide, máquinas de escribir, entre otros)
El Teatro Bolívar forma parte del Patrimonio Cultural de Quito, por lo tanto debe ser salvaguardado de atentados como el incendio ocurrido en 1999 que no debe repetirse en ningún bien perteneciente al Patrimonio. Se ubica entre las calles Flores y Junin

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