viernes, 8 de mayo de 2015

MUSEO ARQUEOLÓGICO PUCARÁ DE RUMICUCHO



El pucará de Rumicucho es parte de un sistema de fortificaciones de las cuales también se conocen los pucaráes de La Marca, Trigoloma, Pambamarca y delvalle de Guayllabamba.
Rumicucho permite una visión amplia del cerro de La Marca y del Cayambe, elevaciones que forman una línea horizontal en sentido este-oeste por donde atraviesa exactamente el sol durante su equinoccio, por esto se cree que el Pucará de Rumicucho fue también un lugar de culto al Sol.



El Pucará de Rumicucho tiene alrededor de 380 m. de largo y 75 de ancho; está conformado por 5 terrazas de piedra que siguen la forma piramidal de la colina sobre la cual fueron construidas.
Está situado a pocos kilómetros del lugar en que la Misión Geodésica Francesa fijó la mitad del mundo, en San Antonio de Pichincha a 4 km. del carretero que conduce a San José de Minas y Perucho.

El Pucará de Rumicucho fue construido por los incas entre 1480 y 1500. Los materiales arqueológicos revelan presencia incaica, en el sitio se han hallado testimonios de ocupación simultánea, de pobladores nativos de la zona.
La palabra quichua pucará identifica un tipo de edificación aborigen muy común en los Andes de Sudamérica. Estas construcciones, generalmente levantadas en la cima de colinas con ubicación estratégica, fueron utilizadas durante la expansión del incario en calidad de fortalezas para defender territorios conquistados o como lugares de aprovisionamiento de víveres para los ejércitos empeñados en la expansión del Estado Inca.



El nombre del Pucará deriva de dos voces quichuas: "Rumi" (Piedra) y "Cucho" ( rincón), "Rumicucho" quiere decir "rincón de piedra"; aunque antiguamente se denominaba Lulumbamba de "Lulum" (fruto) y "Bamba" o "Pampa" (llanura o planicie) lo que significa "llanura fértil".
Se encuentra ubicado en la provincia de Pichincha, cantón Quito, en la parroquia de San Antonio de Pichincha. El Pucará se encuentra a 4 km al norte de San Antonio de Pichincha. En el extremo norte se encuentra el encañonado del río Guayllabamba y en dirección al sur, la quebrada Colorada. Al este una planicie limitada por los cerros de la Providencia y Catequilla y al oeste de los cerros de La Marca y Padre Rumi.



El término quichua “pucará” significa fortaleza o lugar fortificado. Los pucaráes están asociados con la etapa incaica, y las primeras evidencias datan de finales del siglo XV. El Pucará de Rumicucho fue construido por los incas como un centro militar de control en el territorio de Quito, a la vez que fue utilizado como un puesto de avanzada en la conquista de los pueblos ubicados en Cayambe y Caranqui.
La forma alargada de la colina en que se encuentra, determinó que la edificación se distribuya en varios espacios horizontales, rodeados por sólidos muros de contención. De acuerdo a los estudios realizados, se desprende que la colina, originalmente de superficie curva, fue modificada intencionalmente para obtener una forma escalonada, dejando al centro una plataforma rectangular que cumplió funciones de carácter ceremonial, a juzgar por la amplia visibilidad que proporciona en los cuatro puntos cardinales, cuanto también por la ausencia de restos de ocupación humana.
En los extremos de este espacio se distribuyen dos terrazas a cada lado, en cuyo interior se ubican varios recintos habitacionales actualmente identificados por los cimientos, agujeros de postes, gran cantidad de restos de alimentación y desechos de objetos de cerámica, piedra y 86 hueso.



Este sitio tuvo una funcionalidad militar, pero también se han descubierto evidencias que permiten afirmar que fue utilizado como un centro ceremonial. La población asentada en este lugar, a más de cumplir labores relacionadas con la subsistencia, estaba dedicada a la elaboración de tejidos, afirmación que se confirma por el hallazgo de centenares de herramientas textiles elaboradas en hueso de camélido, principalmente llamas.

El pucará esta compuesto por cuatro espacios atarazados poseen construcciones de diferentes formas y tamaños, siendo los más comunes los rectangulares y cuadrangulares.
Cuando se llega al pucará, el lugar de partida para realizar el recorrido es la Quinta Terraza. Se encuentra al sur del pucará, tiene una forma rectangular, en un extremo esta delimitado por un muro circular. El acceso se halla en el lado occidental que mira a la planicie. En el interior se encuentran dos áreas con evidencias edificadas. En la parte sur, se conserva la cimentación de una casa de forma rectangular, mientras que en el lado opuesto, se distribuyen varias construcciones alrededor de un patio central.



Cuarta Terraza
Esta terraza está a continuación de la anterior y a un nivel más alto, se extiende un espacio rodeado por los muros de contención. En el interior no existen edificaciones, salvo un pequeño cuarto en la esquina sur oeste, con función de puesto de control en el trayecto a la parte alta. En esta terraza la gente se reunía antes de acceder a la cima del edificio, considerado el lugar de mayor importancia ritual. Este espacio, a más de permitir el ingreso a la tercera a través de una escalinata, se conecta con la segunda por medio de dos andenes longitudinales, 87 también delimitados por muros de contención.
Tercera Terraza
Es la parte más alta del Pucará y desde su cima se puede observar la extensa superficie y todo lo que se encuentra en los cuatro puntos cardinales. Esta plataforma, similar a otras identificadas en el área de Rumicucho, marcaba con toda seguridad el centro del edificio y el lugar de celebración de ritos. Esta terraza, igual que en el extremo sur, tiene otra escalinata para bajar a la segunda.  Cuando se hacían las excavaciones  en el interior de esta terraza se encontraron muchos desechos alimenticios como huesos, partes de cerámica y objetos de piedra.




Segunda Terraza
Los recintos descubiertos debieron servir como lugares de consumo de alimentos y bebidas, luego de las actividades ceremoniales realizadas en la parte más alta del edificio.
La estructura circular, actualmente incompleta por la erosión sufrida en la parte adyacente al barranco, se hallaba cubierta con una armazón  de madera, a juzgar por los agujeros de poste identificados en su interior. En la parte occidental, y junto al segundo muro de contención, se encuentran dos recintos pequeños, identificados como cocinas.
Primera Terraza
Corresponde al espacio más extenso del Pucará, localizado en el extremo norte del edificio. Se conoce, por las evidencias superficiales, la existencia de un muro perimetral, un corredor  y una estructura circular en el extremo noroeste, vestigios que no han sido excavados.
Mientras que en la parte sur y cerca de la  segunda terraza, se aprecia la existencia de una casa de habitación de forma rectangular, actualmente investigada y restaurada. Se sabe que ésta fue un lugar de vivienda y en los sectores adyacentes la gente realizaba tejidos y objetos de hueso.



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